En 1943 los británicos "crearon" a una persona, el mayor William Martin, un supuesto oficial, con una importante misión: asegurar el desembarco en el sur de Europa. La historia del "hombre que nunca existió" se convirtió en uno de los éxitos más grandes de la inteligencia británica e incluso dio pie a un libro, a una película ("The man who never was", de 1956) y a una serie de televisión.
Todo partió a principios de 1943, luego de la derrota de las tropas del general Erwin Rommel en el norte de África.
En ese entonces no había dudas de que el próximo objetivo de los Aliados debía ser Sicilia, la puerta de entrada a Italia. Pero como el objetivo era tan obvio, el Alto Mando alemán se había preocupado de reforzar muy bien la costa de la isla ante la más que probable invasión.
Por lo tanto, los Aliados tenían ante sí la misión de hacer creer a la inteligencia alemana que el desembarco tendría lugar en cualquier otro punto, con el objetivo de disminuir la defensa alemana.
Dos oficiales británicos, el teniente comandante Ewen Montagu y el líder de escuadrón Sir Archibald Cholmondley, elaboraron un plan: la creación de una personalidad falsa, la del mayor William Martin, un supuesto oficial de la Marina Real británica.
"Carne picada"
Según el plan, Martin había fallecido al caer su avión al mar en un vuelo de Londres a Gibraltar mientras llevaba una documentación que el servicio de inteligencia militar alemán (la Abwehr) no dejaría pasar por alto si caía en sus manos, lo que se daba por descontado si el cadáver iba a parar a las costas de España, donde el franquismo mantenía una estrecha relación con los nazis. Era el nacimiento de la "Operación Mincemeat" (carne picada).
Los oficiales buscaron el cuerpo de quien sería "William Martin" en una morgue británica y tras dar con uno que había fallecido por inmersión lograron convencer a la familia de que el cadáver sería utilizado para una noble acción patriótica.
Luego se empezó a crear su identidad: en sus bolsillos se pusieron una fotografía y cartas de amor de una supuesta novia, llaves, monedas, una carta de su padre, un boleto de teatro, una carta de un banco sobre una cuenta sobregirada... Incluso se le fabricó un carné de identidad usando la foto de otro militar cuyo rostro era parecido al de quien sería William Martin.
Quedaba pendiente una parte vital de la operación: preparar los documentos que llevaría el maletín de Martin, el que sería esposado a su muñeca para que no se perdiera en el mar. La idea no era hacer llegar a los alemanes los planes completos de la invasión, sino algo mucho más sutil: dos cartas entre altos oficiales británicos que indicaban que Sicilia sería una operación de engaño para las otras dos verdaderas operaciones: la invasión a Cerdeña (al norte de Sicilia) y un desembarco en las cercanías de Kalamata, Grecia.
Con todo listo, el "mayor William Martin" fue llevado a un submarino británico y, el 30 de abril de 1943, "desembarcado" frente a las costas de Huelva, España. Horas después, el cadáver de Martin era rescatado en la costa española.
Luego de su autopsia y entierro en el cementerio de Huelva (al que su "novia" y "familiares" enviaron coronas de flores), el gobierno español entregó el maletín que llevaba Martin, aparentemente sin abrir, a la embajada de Gran Bretaña. Sin embargo, un análisis microscópico de los sobres con las cartas indicó que habían sido abiertas y luego vueltas a cerrar. Lo más probable es que todo el material hubiera sido fotografiado. El servicio secreto inglés mandó entonces el siguiente mensaje al Primer Ministro William Churchil: "Mincemeat Swallowed Whole" ("se tragaron toda la carne picada").
Comunicaciones alemanas interceptadas gracias al descubrimiento del código de la máquina Enigma (que cifraba los mensajes alemanes) lograron asegurar a los Aliados que la Abwehr calificó a los documentos llevados por el mayor Martin como auténticos. El mismo Hitler cayó en la trampa y dio la orden, el 12 de mayo de 1943, de reforzar a Cerdeña y el Peloponeso en desmedro de Sicilia.
Finalmente, la invasión de Sicilia se llevó a cabo desde el sur mientras las defensas alemanas estaban dirigidas al norte, hacia Cerdeña, y a Grecia. La operación Aliada había sido un éxito.